martes, 19 de mayo de 2009

DESARROLLO PSICOMOTOR


EL DESARROLLO PSICOMOTOR
El ser humano es una unidad psico-afectivo-motriz. Su condición corporal es esencial. La psicomotricidad no sólo se fundamenta en esta visión unitaria del ser humano, corporal por naturaleza, sino que cree haber encontrado la función que conecta los elementos que se pensaba separados del individuo humano, el cuerpo y el espíritu, lo biológico y lo psicológico. Esta función es el tono. "El tono debe ser considerado en su importancia fundamental porque, siendo el punto de referencia esencial para el individuo en la vida de relación, biológica, psicológica e incluso en la toma de conciencia de sí mismo, especifica una de las diferencias fundamentales que distinguen al ser vivo del ser no vivo.
El tono (la tensión o distensión) y los reflejos arcaicos, junto a los recursos sensoriales, son los instrumentos de partida del recién nacido que, sobre la base de un programa genético que va desarrollándose, suponen el comienzo de un proceso individual de crecimiento, maduración y desarrollo. El crecimiento se refiere a los aspectos cuantitativos de la evolución (el aumento en tamaño), la maduración se refiere a los aspectos cualitativos de la evolución (potencialidades genéticas que van surgiendo) y el desarrollo es la sucesión de cambios que se producen por la conjunción de los anteriores con la influencia de factores ambientales. Crecimiento, maduración y desarrollo infantil no pueden entenderse sin la necesaria condición corporal de nuestra existencia.
La psicomotricidad no puede reducirse a un simple método, se trata más bien de un peculiar modo de acercamiento al niño y a su desarrollo
El objetivo de la psicomotricidad es el desarrollo de las posibilidades motrices, expresivas y creativas (del individuo en su globalidad) a partir del cuerpo, lo que lleva a centrar su actividad e investigación sobre el movimiento y el acto, incluyendo todo lo que se deriva de ello: disfunciones, patologías, educación, aprendizaje, etc.
Así pues, "la educación psicomotriz gira principalmente en torno a algunos temas específicos referidos a la experiencia vivida que parten del cuerpo para llegar, mediante el descubrimiento y uso de diversos lenguajes (corporal, sonoro-musical, gráfico, plástico, etc.), a la representación mental, al verdadero lenguaje y específicamente: a la emergencia y elaboración de la personalidad del niño, de su `yo' como fruto de la organización de las diferentes competencias motrices y del desarrollo del esquema corporal, mediante el cual el niño toma conciencia del propio cuerpo y de la posibilidad de expresarse a través de él; a la toma de conciencia y organización de la lateralidad; a la organización y estructuración espacio-temporal y rítmica; y a la adquisición y control progresivo de las competencias grafomotrices en función del dibujo y la escritura
DESARROLLO PSICOMOTOR
Es el conjunto de todos los cambios que se producen en la actividad motriz de un sujeto a lo largo de toda su vida. Ocurre a causa de tres procesos : la maduración, el crecimiento y el aprendizaje
LA MADURACIÓN
Es el proceso fisiológico (del cerebro) genéticamente determinado por el cual, un órgano o un conjunto de órganos, ejerce libremente su función con la misma eficacia.
Los seres humanos no pueden ejercer desde el primer momento de su existencia, realizar todas las funciones que les caracterizan, necesitan de un proceso madurativo.
Todos los órganos del ser humano maduran porque no están terminados totalmente en el nacimiento. Los que intervienen en la motricidad son el sistema muscular y el sistema nervioso. En los primeros seis años de vida es donde el niño sufre más cambios motrices y madura más rápido.
El sistema nervioso y el sistema muscular son fundamentales en el desarrollo motor.
CRECIMIENTO
Fenómeno cuantitativo de incremento de masa corporal como consecuencia del aumento en el número de células, del tamaño de las mismas, originando aumento de masa y volumen de tejidos, órganos y sistemas, que ocurren con diferente intensidad en distintos momentos de la vida
APRENDIZAJE
Cambio en el rendimiento, que suele ser permanente, que guarda relación con la experiencia
Desarrollo psicomotor
De los dos a los cinco años: La acción y el movimiento predominan sobre los elementos visuales y perceptivos. Se inicia la lateralización, predominio motor de un lado del cuerpo respecto al otro (lo que determinará que sea diestro -que no torero- o zurdo).
De los cinco a los siete años: Se produce una integración progresiva de la representación y la consciencia de su propio cuerpo; cada vez más, el niño/a va afinando en el control de las diferentes partes de su cuerpo y del de los demás. El proceso de integración del esquema corporal se alarga hasta los once-doce años.
Lateralidad
Con esta palabra, nos referimos al predominio motor de un lado del cuerpo respecto al otro (ser diestro o zurdo). La base a partir de la cual el niño va diferenciando uno de otro lado del cuerpo es el equilibrio, ya que para mantenerlo debe realizar una serie de movimientos de compensación con uno y otro lado del cuerpo. A medida que va experimentando con uno y otro lado va estableciendo las posibilidades y diferencias de cada lado.
A nivel social, existe una marcada tendencia hacia lo diestro, y años atrás incluso se «forzaba» a niños y niñas de tendencia zurdos a «cambiar». Hoy en día está comprobado el error que supone forzar al niño a este cambio, y lo más conveniente es favorecer y estimular sus habilidades teniendo en cuenta que progresivamente irá manifestando cada vez más su predominio lateral. Respetar e incluso potenciar sus tendencias naturales será positivo para sus aprendizajes, tanto manipulativos como intelectuales (orientación en el espacio, aprendizaje lecto-escritura, etc.). La lateralización se consolida siguiendo el siguiente esquema:
Al principio, el niño/a realiza movimientos bilaterales, es decir, lo que hace con una mano repercute en la otra. Su cuerpo reacciona globalmente.
Más adelante, hacia los dos años, incluso antes, experimenta alternativamente con una y otra mano, lo que le permite comparar resultados. Hay que destacar que no tiene adquirido el concepto de izquierda o derecha; la adquisición de dichos conceptos se alarga hasta los seis-siete años. La mano no es el único miembro de predominio lateral, sino que, en general, es todo el eje, de cabeza a pies (visión, mano y pie de un mismo lado). En algunas personas se puede desarrollar lo que se denomina lateralidad cruzada (por ejemplo, se es zurdo de mano y diestro de ojo y pie).
De cinco a siete años podemos decir que la noción de derecha e izquierda se tiene en relación al propio cuerpo; Entre los ocho y los doce años el niño/a es capaz de comprenderlos desde el punto de vista de los otros y de los objetos (está situado en el espacio).
La representación gráfica
Hemos visto a lo largo del apartado del desarrollo psicomotor que en los niños y niñas el proceso de aprendizaje está estrechamente ligado al desarrollo físico, y a la posibilidad de ir ampliando cada vez más su capacidad de movimiento y el conocimiento de su propio cuerpo.
Progresivamente, las niñas y los niños son capaces de hacer representaciones mentales de lo que ven y observan, muy ligadas a sus vivencias y experiencias. La capacidad de representar gráficamente, mediante dibujos, la realidad que ven también se desarrolla mediante unas etapas o procesos. Veamos estas etapas y observemos mediante los ejemplos del dibujo de la figura humana que su representación se corresponde a las etapas de integración del esquema corporal.
2-4 años: etapa del garabateo. El niño/a hace garabatos, experimenta con el lápiz o colores el gesto que realiza y el trazado que hace (por ejemplo líneas desordenadas circulares). Necesita espacios amplios (porque el trazo es largo) y por eso pintará en el suelo, paredes o también en papeles grandes, con lápiz o colores de trazo grueso, ya que los de trazo fino son para una precisión que aún no tienen. Los primeros trazos de experimentación no tienen sentido para el niño/a, y se puede salir fácilmente del papel, ya que aún no han desarrollado una coordinación viso-manual. Poco a poco van coordinando la vista y el gesto y realizan garabatos con gestos controlados (líneas más o menos rectas y circulares). En educación infantil, sobre todo en el segundo ciclo, se estimula mucho el dominio del gesto, básico para el aprendizaje de la escritura. Finalmente, el niño empieza a realizar garabatos y a darles un nombre (es mamá o soy yo), aunque no se pueda reconocer nada, aspecto muy importante porque se tiene la comprensión de que a través de los movimientos que realiza puede representar lo que le rodea.
4-7 años: etapa pre-esquemática. Se caracteriza por la creación consciente de la forma, es el inicio de la comunicación gráfica. El niño/a tiene un cierto grado de conocimiento de su cuerpo y sus diferentes partes (recordemos que en el proceso de integración del esquema corporal primero son partes globales del cuerpo: cabeza, tronco y extremidades y luego elementos que integran esas partes. Así pues, la representación de la figura humana sigue el mismo proceso (los niños de estas edades dibujaran la figura humana solo con la cabeza y las extremidades, incorporarán el tronco y, progresivamente, pondrán dedos a sus manos, dos, tres, hasta los cinco totales) y el cuello entre la cabeza y el tronco. Dentro de la cara, ojos y boca y más adelante otros elementos, a medida que vayan profundizando en el conocimiento de su cuerpo y del de los demás.
Las cuatro áreas del desarrollo psicomotor:
Área del lenguaje:
Como premisa inicial, es necesario indicar que la comunicación no es exclusiva del lenguaje verbal, sino que por medio de gestos, caricias y, en definitiva, utilizando todos los sentidos, nos comunicamos unos con otros. Desde esta perspectiva, el lenguaje es un instrumento de comunicación, y mediante su uso expresamos y comprendemos las ideas y mensajes que transmitimos.
La adquisición del lenguaje implica el aprendizaje de un repertorio de sonidos y de palabras, así como la progresiva utilización, de forma cada vez más compleja, de las reglas para su uso. Con todo, es un área de aprendizaje muy importante, denominada «instrumental», ya que forma parte del resto de ellas.
Veamos esquemáticamente el proceso que realizan los niños y niñas para adquirir y desarrollar el lenguaje.
Recordamos que las edades citadas en cada etapa son orientativas, ya que cada niño/a sigue su ritmo, aunque los padres y madres pueden estar atentos y observar su desarrollo. A continuación os ofrecemos unas orientaciones para que podáis observar la evolución de vuestros hijos sobre la adquisición del lenguaje, es decir, qué deberían hacer los niños y niñas, más o menos en los periodos que se proponen:
2 años:
Es una etapa caracterizada por el inicio de la formación de la gramática (normas que rigen el lenguaje); utiliza las concordancias de género y número -pelota blanca- y tiempos verbales. Comprende diferentes partes de su cuerpo, tamaños, para que sirven algunas cosas, etc.
El habla articulada de halla en un estado de creciente actividad. Puede poseer hasta 1000 palabras.
Término medio americano: vocabulario de 300 palabras.
Predominan los nombres de las cosas, personas, acciones y situaciones.
Los adverbios, adjetivos y preposiciones se hallan en minoría. Los pronombres “mío”, “mí”, “tú”( tíos, tía) y “yo”, comienzan a ser usados.
Canta sus frases.
Le gusta escuchar por razones de lenguaje y sonoras, ya que escuchando adquiere un sentido de fuerza de las palabras.
Cuando cuenta sus propias experiencias lo hace con fluidez, aunque en presente( no en pasado). Su sentido del tiempo está dado por una sucesión de acontecimientos personales.
Su comprensión no depende del vocabulario( depende de cierta maduración neuromotriz).
Los niños usan palabras aisladamente en frases y en oraciones(combinaciones de 3 ó 4 palabras).
Desde el punto de vista intelectual, su mérito más alto es su capacidad para formular juicios negativos(ejemplo: un cuchillo no es un tenedor), este representa un progreso comparado con el simple rechazo o sacudida negativa de la cabeza. Ha comenzado a decir “no” en un elevado plano de la lógica. Encontrar la correspondencia entre objetos y palabras le producen placer y un juicio negativo expresa una nueva consecuencia de discrepancia cuando palabras y objetos no coinciden.
3 años:
En esta etapa, la gramática se desarrolla, utiliza el tiempo pasado -se ha caído- los plurales, frases interrogativas, exclamativas, y es capaz de hacer definiciones sencillas.
Habla con frases. las palabras están separadas del sistema motor grueso y se convierten en instrumentos para designar preceptos, conceptos, ideas y relaciones.
El vocabulario aumenta rápidamente alcanzando un promedio de 1000 palabras.
Las palabras que pronuncia también van dirigidas a él, y mientras aprende a escuchar, escucha para aprender.
4 años:
Se desarrolla la comunicación; explica historias, hechos que han pasado, comprende algunos conceptos de espacio, tiempo y número (ordinales).
Puede elaborar e improvisar preguntas interminablemente. Aún articula de manera infantil.
A veces charla solo para llamar la atención. Se divierte con los más absurdos desatinos.
Le interesa observar la forma en que las respuestas a las distintas preguntas se ajustan a sus propios sentimientos. No suele hacer preguntas cuyas respuestas ya conoce.
No construye estructuras lógicas coherentes, sino que combina hechos, ideas o frases, solo para reforzar su dominio de palabras y oraciones.
Es verbal, tiende a complicar las respuestas, su forma de pensar es asociativa.
Su lenguaje es mediano. No le gusta repetir las cosas. Puede sostener largas y complicadas conversaciones; puede contar una extensa historia mezclando ficción y realidad.
5 años:
está muy adelantado. Habla sin articulación infantil. Sus respuestas son más sucintas y ajustadas a la pregunta.
Pregunta solo para informarse. Sus preguntas son razonables “¿para qué sirve esto?, ¿Cómo funciona esto?, ¿Qué quiere decir esto?, ¿Quién lo hizo?”.
Las preguntas tienen más sentido y tienen un verdadero deseo del saber.
Es pragmatista. Sus definiciones está hechas en función utilitarista. Los cuentos de hadas excesivamente irreales lo molestan y confunden. Es serio y empírico. Ve y escucha los detalles. Es capaz de aislar una palabra y pregunta su significado.
En esencia, el lenguaje ya está completo en estructura y forma. Ha asimilado las convecciones sintácticas y se expresa con frases correctas y terminadas.
Su vocabulario se ha enriquecido, llegando a 2200 palabras.
Su juego teatral rebosa de diálogo y comentarios prácticos relacionados con los acontecimientos cotidianos del trabajo, la cocina, el almacén, el transporte, el garaje. Puede dramatizar fenómenos naturales( sol, luna, lluvia, etc.) como personajes. Mucho de lo que dice es en forma de “Monólogo colectivo”.
Distingue su mano derecha e izquierda, pero no de las demás personas.
No hace distinción entre lo físico y lo psíquico. Posee animismo.
Área personal social:
La incorporación del niño/a al medio social en que vive tiene dos vertientes, la adaptación al mundo de los demás y la autonomía progresiva frente a ese entorno que le rodea y a las necesidades de la vida diaria. Así pues, en este apartado abordaremos los elementos más próximos al niño en relación a la adquisición de hábitos básicos y la evolución que experimenta en el juego.
Edad
Alimentación
Vestirse y desvestirse
Higiene
Desplazamientos
Juego y sociabilidad

1 comentario:

  1. ¡Hola Anahí!
    Me gustó mucho tu tema porque es de mucha utilidad para nosotros que somos padres y tal información nos orienta para entender y apoyar a nuestros hijos en su desarrollo infantil.

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